Detectar y resolver problemas de velocidad lectora |
Manteniéndonos centrados en este último concepto (velocidad lectora), me gustaría compartir con vosotros algunas recomendaciones adicionales para que podáis detectar y corregir malos hábitos lectores en vuestros niños:
No se leen todas las palabras pero cuidado con inventárselas. El cerebro no necesita
juntar letras en sílabas y sílabas en palabras para entenderlas cuando las
leemos; el cerebro funciona de una manera mucho más rápida y por eso puede
interpretar y anticipar palabras que se están leyendo. Al leer en silencio
nuestro cerebro no procesa realmente los el / la / tus /de... simplemente los
entiende de manera abstracta.
Lo mismo pasa con palabras largas y cargadas de más significado: las
anticipa. A muchos niños les pasa que se inventan las palabras cuando leen en
voz alta, eso es que anticipan qué palabra puede ser en cuanto su cerebro
detecta las primeras letras (o ni siquiera entonces sino antes, por contexto). Del
mismo modo que hay que evitar que se produzca la relectura continua, hay que
evitar el mal hábito de dejarse llevar sistemáticamente por la anticipación.
Pensad que el joven cerebro de los niños tiene almacenadas pocas palabras, así
que cuando ellos anticipan la lectura solo recurren a esas pocas palabras, lo
que lleva a que comentan muchos errores de lectura y comprensión.
En la lectura no se
aplica el dicho “lento pero seguro”, la lentitud en la
lectura no solo no asegura una mejor comprensión lectora, sino que la
entorpece. Pero no os dejéis caer en la idea equivocada de que los niños tienen
que leer muy rápido. Lo cierto es que los niños tienen que leer bien, con un
alto grado de comprensión lectora y sin malos hábitos que dificultan la
comprensión y ralentizan la lectura. A saber:
- leer bien = con un control alto de la mecánica de la lectura
- con un alto grado de comprensión lectora =entendiendo lo que leen de manera global
- sin malos hábitos = eliminando las prácticas erróneas que he mencionado arriba
Una última recomendación (de momento) que os hago en este tema es que recurráis
a los expertos cuando creáis que vuestro niño tiene
alguna dificultad lectora. Médicos y pedagogos, por una parte, para descartar o
solucionar (en su caso) problemas de mayor calado. Profesores y bibliotecarios
para eliminar los malos hábitos lectores, potenciar el gusto por la lectura de
los niños, la seguridad en ellos mismos cuando leen e ir mejorando su
comprensión y velocidad lectora.
Más trucos para mejorar la relación entre niños y biblioteca (o libros) en
la sección Escuela
de padres y Biblioteca
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